SISTEMAS SENSORIALES INVOLUCRADOS EN INTEGRACIÓN SENSORIAL
- tointegra1507
- 12 oct 2020
- 3 Min. de lectura
SISTEMA TÁCTIL: el sistema táctil está localizado en la piel, y es la frontera entre nuestro cuerpo y el mundo que nos rodea. Es el sistema que controla la reacción ante todo lo que nos toca. Las personas necesitamos el tacto para mantenernos sanos. El sistema táctil es también fundamental para el desarrollo de la noción que el niño tiene de su propio cuerpo. A través del tacto el bebé amplía la noción de sus límites corporales y de las partes que le constituyen.

SISTEMA VESTIBULAR: el sistema vestibular tiene receptores en el oído interno y es estimulado por los movimientos de la cabeza, del cuello, de los ojos y del resto del cuerpo. Responde a la fuerza de la gravedad y registra la posición que tiene nuestro cuerpo en relación a la Tierra. Por ejemplo, si estamos cabeza para abajo o cabeza para arriba, y nos guía para mantenernos con la cabeza recta. La información vestibular nos ayuda a mantener el equilibrio y nos informa de si estamos en movimiento o parados; y a qué velocidad y en qué dirección nos movemos.
SISTEMA PROPIOCEPTIVO: el término propioceptivo hace referencia a la conciencia de nuestro propio cuerpo. A través de este sentido sabemos la posición de nuestro cuerpo, cómo está, qué partes están inmóviles y cuáles en movimiento. Los receptores de este sistema están localizados en los músculos, articulaciones y ligamentos. Estos envían permanentemente información al cerebro sobre la posición de nuestro cuerpo y también cada vez que un músculo se contrae o se relaja, o hay movimiento en una articulación. Con toda esta información, el cerebro puede construir un mapa sobre la posición del cuerpo y el espacio que este ocupa. Esta habilidad nos permite andar entre las personas y las cosas sin tropezar.
SISTEMA GUSTATIVO: nuestro sistema gustativo se encuentra en la boca (específicamente en la lengua) y nos da la sensación del sabor. Cuando la comida, un objeto o cualquier otra sustancia, entra en la boca, la lengua entra en acción para discriminar qué tipo de experiencia de sabor tenemos. La lengua tiene receptores sensoriales responsables de detectar diferentes tipos de sabor. Hay cuatro tipos básicos: dulce, amargo, salado y ácido.
SISTEMA AUDITIVO: nuestro sistema auditivo tiene los receptores en el oído interno, captando las ondas sonoras que entran en el sistema de procesamiento sensorial. Esta información se unirá a la que viene de los sistemas: vestibular, visual y propioceptivo. La información auditiva es integrada con la de estos sistemas sensoriales en el tronco cerebral y después viaja a otras áreas de los hemisferios cerebrales. Es la integración de la información auditiva con la de los otros sistemas lo que nos hace capaces de interpretar los sonidos significativos para nosotros, como los del habla.
SISTEMA OLFATIVO: el sistema olfativo nos da la capacidad de oler. Las moléculas de olor que están por el aire son recibidas por nuestra nariz y absorbidas por el revestimiento poroso de las cuencas nasales. Aquí las moléculas se unen a las neuronas sensoriales olfativas y viajan al sistema límbico (el centro de nuestras emociones). A diferencia de los otros sistemas sensoriales, el olor no se conecta con los otros sistemas antes de alcanzar los hemisferios cerebrales.
SISTEMA VISUAL: de todos los sistemas sensoriales, la visión es uno de los más complejos. Nuestro sistema visual tiene los receptores en los ojos; estos captan las ondas de luz, que entran en nuestro sistema visual a través de la retina y después viajan al tronco cerebral. Como el sistema auditivo, la información del sistema visual también se integra con la de los otros sistemas y después se dirige a los hemisferios cerebrales. El córtex visual es el lugar donde se realizará la descodificación más compleja de la información de la vista.
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